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Sabbat Regresa: Un Viaje a Través del Black Metal Japonés
El sábado 28 de octubre, fuimos testigos de un evento inolvidable: el esperado regreso de SABBAT a tierras nacionales. La legendaria banda japonesa de Black/Thrash Metal demostró una vez más por qué se mantiene como un referente del género, encendiendo la calurosa atmósfera de la RBX con sus inconfundibles riffs demoníacos y una brutalidad sonora que mantuvo en vilo a los fanáticos.
La jornada dio inicio con la puntual aparición de COMMUNION, banda nacional de Black Metal que abrió la noche a las 18:45 horas. Con un telón negro colocado detrás del baterista, donde se leía el nombre de la banda en letras blancas, COMMUNION desplegó una atmósfera cargada de oscuridad desde el primer momento, preparando el terreno para una noche que prometía ser un auténtico ritual de brutalidad y misticismo metalero.
Siguiendo la tradición de las alineaciones de este estilo, COMMUNION se presentó con tres miembros en el escenario, listos para desatar toda su energía. Pero lo que realmente capturó la atención fue la presencia de un cuarto integrante, envuelto en una capucha oscura y empuñando dagas que danzaban en sus manos. Con movimientos precisos y casi rituales, este enigmático personaje se convirtió en el centro de la atención durante el primer tema, titulado “Tema 1”. La combinación de la música intensa y la atmósfera visual que creaba este miembro aportó una capa adicional de dramatismo, sumergiendo al público en una experiencia sensorial que solo el Black Metal puede ofrecer.
Una vez que el integrante en capucha se retiró, COMMUNION continuó desplegando toda su fuerza en el escenario con “Tema 2”. Sin embargo, el sonido enfrentó algunos problemas, presentando una saturación que persistió a lo largo de su presentación. A pesar de estos inconvenientes, la banda se mantuvo firme en su entrega. En ese momento, el recinto aún contaba con una escasa audiencia, con solo unas 30 personas presentes.
La masacre continuó de manera implacable, con un torrente de temas que parecían golpear con la fuerza de un huracán: “Tema 3”, “Tema 4”, “Tema 5”. Cada canción era un despliegue de agresividad mientras los riffs crudos y las potentes líneas de batería se sucedían sin pausa.
La banda hizo una pausa para hidratarse y recargar energías antes de continuar con el siguiente tema: “Tema 6”. En este momento, el baterista tomó la iniciativa y animó al público a levantar los puños al aire. Personalmente, este fue el tema que más disfruté de su presentación.
Luego, la banda nos presentó “Tema 7” y “Tema 8”, marcando el inicio de los primeros “Hey, hey!” de la noche, que resonaban con entusiasmo en el aire. El vocalista, enérgico, se dirigió al público con sus primeras y últimas palabras, anunciando que este sería el último tema de su presentación, mientras la banda se preparaba para ofrecer un cierre explosivo, haciendo que cada acorde resonara con una intensidad aún mayor.
COMMUNION cerró su presentación de manera sólida, con una buena ejecución de sus instrumentos. Aunque algunos problemas de sonido opacaron un poco el espectáculo, eso no impidió que el público disfrutará de una dosis de Black Metal que sirvió como una adecuada antesala para lo que vendría. La decisión de la productora de incluir a esta banda como telonera resultó acertada, ya que su actuación logró captar la atención de los asistentes y prepararlos para el siguiente acto de la noche.
A las 20:00 horas en punto, los legendarios SABBAT hicieron su espectacular entrada al escenario, directos desde la tierra del sol naciente. Este show, que conmemoraba sus 40 años de carrera, era un evento esperado por muchos, marcando su tan anhelado regreso a tierras chilenas después de 10 largos años. Su regreso generó una oleada de emoción en el público, ansioso por presenciar la magia que solo SABBAT puede ofrecer. Con su legado histórico y su inigualable energía, la banda estaba lista para brindar una actuación que sin duda quedaría grabada en la memoria de todos los presentes.
Sin telón de fondo y con nada más que sus instrumentos, SABBAT comenzó su presentación con “Envenom Into The Witch’s Hole”. Desde los primeros riffs, el público enloqueció, intentando formar un mosh pit a pesar del poco espacio disponible, ya que la sala RBX alcanzaba su máxima capacidad. La energía era palpable, y cada acorde resonaba con fuerza, impulsando a los asistentes a dejarse llevar por la música. Este potente inicio dejó claro que la noche prometía ser intensa, un verdadero festival de metal donde todos compartían la misma pasión por la música.
Gezol, el carismático bajista y vocalista, se dirigió al público para presentar a la banda y anunciar la próxima canción de la noche: “Satan Bless You”, un clásico de su primer disco de estudio. La expectación creció en la sala, ya que todos se preparaban para sumergirse en la oscura y poderosa esencia de SABBAT, listos para dejarse llevar por el inconfundible sonido de la banda.
Sin un momento de descanso, SABBAT continuó su set con “Evil Nation”, un tema que destaca por sus riffs gancheros al más puro estilo del heavy metal. La energía en el recinto se intensificó, mientras el público se dejaba llevar por la melodía envolvente y el ritmo contagioso, creando un ambiente de celebración y entrega que resonaba en cada rincón.
Después de una breve pausa, Gezol nos indicó que era el momento de tocar “Black Metal Scythe”, un tema de su penúltimo álbum, Sabbatrinity. La masacre continuó con los primeros riffs de la canción, desatando un auténtico infierno en la sala RBX. El calor se intensificó, las cabezas comenzaron a moverse al unísono y el mosh pit cobró vida, siguiendo el ritmo de la música. La energía era contagiosa y el público se sumergió por completo en la experiencia. Sin dar respiro, la banda lanzó inmediatamente “Satanic Witches Fire”, llevando la intensidad de la noche a un nuevo nivel.
Tras esta demoledora canción, algunos asistentes comenzaron a gritar “¡Mucha ropa!”, en referencia al icónico outfit de antaño que solía usar Gezol en el escenario. La banda continuó con “Bowray Zamurai”, un tema de su sexto álbum, Karisma. Durante esta interpretación, se destacaron las clásicas coreografías entre el guitarrista y el bajista, aportando un elemento dinámico a la actuación. La conexión entre los músicos y el público seguía siendo intensa, creando una atmósfera cargada de euforia y entusiasmo.
El público, completamente entregado, comenzó a gritar: “¡Ole, ole, ole, ole… Sabbat… Sabbat!” Gezol, mostrando con orgullo la emblemática bandera chilena, expresó su agradecimiento por la increíble recepción y presentó el siguiente tema de la noche: “Charisma”, de su séptimo álbum, Satanasword. La emoción se disparó cuando la banda continuó con un clásico ineludible, “Hellfire”. Cada acorde resonaba con fuerza, y la energía del público se intensificaba, creando un ambiente de pura celebración metalera.
Llegó el momento de escuchar la grandiosa “Mion’s Hill”, desatando la euforia del público y convirtiéndolo en uno de los puntos más altos de la noche. Las guitarras retumbaban y la energía era contagiosa, llevando a todos a un estado de frenesí. Cada nota y cada acorde resonaban con intensidad, mientras la audiencia se entregaba por completo a la poderosa melodía.
El espectáculo se acercaba a su final y la banda presentó uno de sus clásicos más potentes: “Darkness And Evil”. A medida que avanzaba la canción, la banda detuvo momentáneamente la música y comenzó a jugar con el público, animándonos a gritar el coro. Esta conexión generó un ambiente cargado de energía, donde todos se unieron en una sola voz. Tras ese emocionante intercambio, la banda retomó la canción y la culminó con fuerza.
Gezol, agradecido nuevamente, presentó otro clásico de su repertorio: “Black Fire”, que, lamentablemente, sería el último tema de la noche. La euforia alcanzó su punto culminante cuando comenzaron los “Hey Hey”, desatando un mosh pit inevitable con los primeros riffs. El público, completamente entregado, coreaba el estribillo a todo pulmón, creando un ambiente de pura intensidad. Contagiado por la energía de la multitud, Gezol se giró y tocó su bajo de espaldas, acercándose a los fans, lo que intensificó aún más esa conexión especial, cerrando la velada de manera inolvidable.
La banda se despidió del público, visiblemente satisfecha por lo que había ocurrido esa noche. Con sonrisas en el rostro, posaron para la clásica foto del recuerdo junto a los fans, capturando la esencia de un momento inolvidable.
La banda se despidió del público, visiblemente satisfecha con lo que había ocurrido esa noche. Con sonrisas en el rostro, posaron para la clásica foto junto a los fans, capturando la esencia de un momento inolvidable. Esta última interacción dejó una sensación de alegría y camaradería en el aire, como testimonio de la conexión especial que se había creado entre los músicos y su apasionada audiencia.
El público quedó satisfecho, aunque con ganas de más, ya que el show duró un poco menos de lo esperado, alrededor de una hora. Sin embargo, los fans más acérrimos, que estuvieron en su debut, agradecieron poder disfrutar de una presentación más completa en esta ocasión. Es importante recordar que, en su presentación anterior, la banda enfrentó problemas logísticos por la hora de embarque de su vuelo, lo cual redujo el set a aproximadamente media hora.
La actuación de los nipones fue verdaderamente espléndida, transportando al público a través de un viaje sonoro que abarcó su vasta discografía. Con una selección de clásicos que resonaron profundamente en los corazones de los asistentes, SABBAT reafirmó su estatus como una leyenda viviente y una banda de culto a nivel mundial. Cada tema interpretado no solo evocó recuerdos, sino que también mostró la evolución musical de la banda a lo largo de sus 40 años de carrera.
El sonido estuvo a la altura de las expectativas, permitiendo que cada detalle de la actuación se apreciara con claridad. Los solos de guitarra de GINOIR fueron un verdadero deleite, con su técnica magistral que capturó la atención del público desde el primer acorde. Las percusiones de ZORUGELION aportaron una energía contundente; cada golpe de batería resonaba en el pecho, elevando la intensidad de la actuación a niveles extraordinarios.
Por su parte, GEZOL, con su voz poderosa y su bajo contundente, mantuvo al público cautivado, llevando a todos a un estado de euforia colectiva. Su habilidad para conectar con la audiencia fue palpable, y cada grito y cada acorde parecían vibrar en perfecta armonía. Esta calidad sonora enriqueció aún más la experiencia, haciendo que cada interpretación se sintiera viva y vibrante. Sin duda, todos los asistentes recordarán esta noche como un hito en su camino como aficionados al metal, siendo testigos de una actuación que dejó una huella imborrable.
Agradecimientos a la productora Spider por permitirnos cubrir este tremendo show.
¡El Metal ha ganado nuevamente!
Fotografías: Francisco Aguilar
Review: Alvaro Parra
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