Live Reviews
TIM “RIPPER” OWENS en Santiago: ¡Una Voz Al Servicio Del Metal!

La noche del 24 de mayo fue el escenario ideal para una intensa jornada de Heavy Metal en la Sala RBX de Santiago. Los fanáticos del género se dieron cita para recibir a una de las voces más reconocidas del Metal internacional: TIM “RIPPER” OWENS, ex vocalista de JUDAS PRIEST e ICED EARTH, quien volvió a nuestro país con una presentación que combinó potencia, carisma y una entrega total sobre el escenario.
Antes de su esperado espectáculo, el público pudo disfrutar de la participación de CATHALEPSY y CAMUS, las bandas nacionales que aportaron fuerza y variedad a la velada, preparando el ambiente con contundencia y reafirmando la solidez de la escena local.
Con una audiencia entusiasta y una atmósfera cargada de energía desde los primeros minutos, la noche prometía ser inolvidable.
CATHALEPSY
Con una sólida puesta en escena, CATHALEPSY fue la encargada de abrir los fuegos de la jornada, presentando parte del material de su segundo álbum. La banda sorprendió desde el inicio con la participación de un vocalista invitado, proveniente de la agrupación IRON SPELL, marcando un arranque distinto y llamativo que captó de inmediato la atención del público.
El sonido de CATHALEPSY se movió con soltura entre el Heavy Metal clásico y ciertos matices de Power Metal, logrando energizar al respetable que comenzaba a llenar el recinto. Fueron siete canciones las que conformaron su setlist, suficientes para encender las emociones y crear una atmósfera cargada del espíritu que define al metal tradicional. Temas como Blood and Steel, Apocalypse y Gates of Darkness destacaron por sus riffs poderosos y su clara influencia de bandas como JUDAS PRIEST, sin caer en la copia, sino más bien rindiendo un homenaje sincero al estilo.
Uno de los elementos más interesantes fue el intercambio vocal entre los dos cantantes, quienes compartieron protagonismo en el escenario, fusionando sus estilos con naturalidad y aportando dinamismo al show. Con composiciones como Hammer Heart y Fight in the Sky, la banda logró conectar con una audiencia que no tardó en responder con cánticos, gritos y puños en alto.
La presentación culminó en un ambiente festivo y cómplice, con el público coreando Heavy Metal Faith y We Are the Warriors, mientras la banda cerraba su participación regalando cervezas a los asistentes, gesto que fue recibido con entusiasmo. Un inicio potente para una noche que ya prometía grandes momentos.
CAMUS
Desde Ancud, Chiloé, CAMUS fue la segunda banda en tomar el escenario, aportando una propuesta única y refrescante que se aleja deliberadamente de los cánones del Heavy Metal tradicional. Su identidad se manifiesta no solo en el sonido, sino también en su estética, con vestimentas y una presencia escénica distinta, que reflejan el carácter propio de su mensaje: letras en castellano cargadas de crítica social, conciencia medioambiental y una fuerte conexión con el mar y la naturaleza.
Musicalmente, la banda se mueve con soltura entre matices punk, trazas de thrash y elementos de heavy, construyendo una sonoridad potente que rompe esquemas pero logra mantener el espíritu combativo del género. El inicio con temas como Tierra y Mar y Llanto y Dolor marcó de inmediato una buena conexión con el público, que a esa altura ya comenzaba a llenar la Sala RBX.
Composiciones como Desde la Proa y De la Tierra Newen, con claras referencias marítimas y territoriales, provocaron reacciones positivas e incluso motivaron un pequeño mosh pit, demostrando que su mensaje y energía no pasaban desapercibidos. La frase “¿Ya todo se vendió? ¿Y fin?” resonó como un llamado de atención directo y provocador, que fortaleció aún más su vínculo con los asistentes.
El cierre llegó con Guardianes del Bosque, canción con la que sellaron una presentación sólida y aplaudida, consolidando su paso por el escenario con una propuesta innovadora que, sin duda, aportó diversidad y carácter a la antesala del show principal de la noche.
TIM “RIPPER” OWENS
Finalmente llegó el turno del gran TIM “RIPPER” OWENS, quien fue recibido por una Sala RBX prácticamente al tope de su capacidad. Las luces se apagaron, la expectativa se hizo palpable y, en medio de los gritos del público, el vocalista hizo su aparición con su infaltable gorro, lentes oscuros y una chaqueta de cuero que marcaba su presencia inconfundible sobre el escenario.
La jornada comenzó de forma arrolladora con Jugulator, tema que da nombre al álbum de JUDAS PRIEST en el que Owens debutó como vocalista, y que ha sido sistemáticamente ignorado por la banda desde el regreso de Rob Halford. Sin embargo, el disco ha adquirido con el tiempo un estatus de culto entre los fanáticos más acérrimos, quienes reconocen en él un costado más oscuro, pesado y menos melódico que el celebrado Painkiller, reflejo perfecto del metal de mediados de los años 90.
La canción detonó de inmediato la energía del público. Su riff inicial, combinado con la imponente voz de OWENS —que se mantiene en un nivel técnico admirable— provocó saltos, coros y una entrega total desde los primeros compases. El inicio fue, sin duda, un verdadero acierto.
La fiesta continuó con The Green Manalishi, cover de FLEETWOOD MAC inmortalizado por JUDAS PRIEST, que mantuvo la intensidad de la audiencia. El primer gran momento de la noche llegó con Burn in Hell, otro clásico de Jugulator, que con sus riffs filosos y atmósfera siniestra desató el delirio colectivo. En este punto, Ripper ya se había apoderado del escenario, demostrando su experiencia y dominio total.
El recorrido prosiguió con una visita a su actual proyecto KK’S PRIEST, con Hellfire Thunderbolt, del álbum Sermons of the Sinner, precedido por un solo de guitarra que encendió aún más al público. Incluso se pidió a gritos Cathedral Spires, aunque se sabía que no estaría en el setlist.
Owens, carismático y cercano, firmó discos y se dirigió al público para anunciar que el siguiente tema sería más lento. Así llegó Beyond the Realms of Death, joya del Stained Class, que transformó la sala en un gigantesco karaoke. Con su mezcla de épica setentera y pesadez metalera, fue uno de los momentos más emotivos de la noche.
La intensidad subió con Scream Machine, de su proyecto solista BEYOND FEAR, seguido por Blood Stained, otro himno del Jugulator, coreado con fuerza. Luego sonó One More Shot at Glory, del segundo álbum de KK’S PRIEST, The Sinner Rides Again. Aunque menos conocido, Owens se encargó de dejarlo bien posicionado.
When the Eagle Cries de ICED EARTH trajo otro momento íntimo, aunque dejó el anhelo de escuchar otro corte más representativo de su paso por la banda.
El homenaje a Paul Di’Anno vino con Wrathchild de IRON MAIDEN, desatando un estallido en la sala, aunque un desperfecto en el sonido restó algo de impacto. La intensidad regresó con Hell Is Home, clásico del Demolition, que fue celebrado como merece.
El tramo final fue un torbellino: Electric Eye, Living After Midnight y One on One desataron la locura y cerraron la noche en lo más alto. Con una interpretación impecable, una voz que desafía al tiempo y un repertorio bien escogido, TIM “RIPPER” OWENS entregó un show inolvidable que dejó a todos los presentes con una sola idea en la cabeza: que vuelva pronto.
Review por Daniel Navas
Fotografías por Rúben Gárate
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