Live Reviews
W.A.S.P en Chile: Sin perversión no hay Metal

Tal como ya es costumbre por nuestras tierras, mayo se ha convertido en sinónimo de una agenda recargada de conciertos metaleros, con más de un show por día. Y este viernes no fue la excepción. El Teatro La Cúpula, ubicado en el corazón del Parque O’Higgins, fue testigo de uno de los regresos más esperados por los bangers nacionales: W.A.S.P., liderados por el mítico Blackie Lawless, volvió a pisar suelo chileno tras casi 20 años para celebrar el 40° aniversario de su disco homónimo y repasar lo mejor de su clásico repertorio.
ENIGMA: TRES DÉCADAS DE FIDELIDAD AL METAL NACIONAL
Un poco antes de lo indicado, a las 19:40 hrs., las luces se apagaron y ENIGMA lanzó su primer cañonazo con “Los 33” ante un público que apenas ocupaba el 20% de los espacios del teatro. A medida que el volumen aumentaba, también lo hacía el ingreso del público. Canciones como “Sirvientes del Dinero”, “Niebla” y “El Lado Oscuro del Cielo” sacaron aplausos del respetable, mientras Álvaro Paci —guitarrista y líder— agradecía el apoyo recibido durante los 30 años de trayectoria de la banda.
El set continuó con “Lo Que Va a Venir” y “Laberinto”, hasta que Toño Corvalán, de CHANCHO EN PIEDRA, fue invitado al escenario para interpretar “Voces Disidentes”. El cierre llegó con “El Camino del Dolor” e “Inquisidor”, dejando una buena impresión entre quienes ya esperaban con ansias el acto principal de la noche.
W.A.S.P.: CUATRO DÉCADAS DE LEYENDA
A las 21:00 hrs., el recinto ya repleto estallaba de emoción cuando sonó “The End” de THE DOORS, señal inequívoca de que el ritual estaba por comenzar. Y así fue: “I Wanna Be Somebody” abrió el show con una explosión de energía. El público coreó cada palabra y celebró el regreso de BLACKIE LAWLESS, cuya voz, sorprendentemente similar a las grabaciones de estudio de 1984, causó asombro inmediato.
El recorrido por el disco debut siguió con “L.O.V.E. Machine” y “The Flame”, seguidas por “B.A.D.” y “School Daze”, hasta llegar a uno de los puntos más altos de la noche: “Hellion” desató la euforia, cuernos al aire y cánticos ensordecedores. Sin embargo, el show se detuvo abruptamente: la banda abandonó el escenario por un incidente aparentemente relacionado con el público cercano a la reja.
Afortunadamente, minutos después W.A.S.P. regresó con “Sleeping (In the Fire)” y “On Your Knees”, para cerrar el bloque dedicado a su debut con “Tormentor” y “The Torture Never Stops”. El teatro volvió a sumirse en penumbras.
MEDLEYS, CLÁSICOS Y UNA DESPEDIDA AGRIDULCE
La banda volvió entre aplausos y ovaciones para interpretar un medley compuesto por “Inside the Electric Circus”, “I Don’t Need No Doctor” y “Scream Until You Like It”, seguido de otro medley con “The Real Me”, “Forever Free” y “The Headless Children”, cortes extraídos del icónico The Headless Children (1989). Finalmente, “Wild Child” y “Blind in Texas”, del álbum The Last Command, pusieron punto final a una velada intensa pero breve.
REFLEXIÓN FINAL
Las expectativas eran altísimas, y si bien el repertorio se centró en los primeros cuatro discos de la banda, se extrañaron clásicos como los de The Crimson Idol y material más reciente. También fue notorio que la voz de Blackie Lawless contó con apoyos pregrabados y efectos en vivo, lo que no pasó desapercibido. Más preocupante aún fue su escasa interacción con el público: solo habló una vez, al cierre, señalando que sería difícil un futuro regreso a Chile.
Sin embargo, los puntos altos del show fueron suficientes para dejar satisfechos a los asistentes. Mike Duda en bajo y Doug Blair en guitarra derrocharon energía, y qué decir del monstruo de la batería, Aquiles Priester, cuyo despliegue técnico fue sencillamente imbatible.
Con una duración de una hora y veinte minutos, el concierto fue intenso pero fugaz. Aun así, para muchos quedará como una noche histórica, la noche en que W.A.S.P. volvió a Chile después de dos décadas. Un evento que, quizás, no vuelva a repetirse.
Review: Matías Riquelme
Fotografías: Durney Shot
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